Aliens

No me di ni cuenta cuando nos convertimos en miembros de la fauna porteña. No asi, presuntuosamente, sino que vergonzosamente.La funa.
Cuando ya no nos da lata ir a vitrinear copete en una de las dos mil quinientas botillerías, para terminar comprando como siempre una petaca y una bebida. La dosis exacta de "juerte" pa` terminar la noche o la madrugada como mamífero.
Si, lector pelotudo, es que somos tremendamente económicas. Debe ser un asunto de constitución.
Cuando el barman de siempre en el bar rancio de siempre, nos dice a modo de saludo pero sin ninguna convicción, -...señoritas, tanto tiempo, que les doy...-
Cuando los porteros de los mismo bares no nos piden documentos, ni nos revisan el bolso, y más encima nos saludan con cara de "que bueno que llegaron, estaba fome esto".
Entonces nos da un poco de pudor , pero no el suficiente como para dejar de ser fiel a nosotras mismas. Y darles en el gusto. Pero nunca en la forma que esperan.
Cuando ya no respetamos ni la norma tácita de embriagarnos fines de semanas y festivos, sino que evidenciamos una fuerte tendencia a profanar un lunes, martes o domingo.
Cuando ya nos conocemos a todos los mandriles, y los que no conocemos son hermanos, amigos, expololos, compañeros, vecinos de los que ya conocemos.
No si en algún momento de verdad deseamos ser parte de esto. No se si en verdad somos tan parte de esto, o somos en verdad vistosas precissamente porque no pertenecemos.
Lo único que creo saber es que tal vez sea hora de cambiar los viejos hábitos por otros de distinto calibre y tomarnos otros espacios.
El otro fin de semana tal vez.